CRISTO MANSO Y HUMILDE, PERO VICTORIOSO

Comenzamos la vida cristiana cuando aceptamos a Cristo como nuestro Señor y Salvador. Pero esto no es todo. El espera que le veamos como ejemplo a seguir pues Dios nos predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo. “A cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo.” Efesios.4:7 En los evangelios, nuestro Señor Jesucristo es visto como el “manso y humilde de corazón” (Mateo 11:29). Es un digno ejemplo de imitar. También pidió que siguiéramos su ejemplo en amarnos unos a otros “como yo os he amado” (Juan 15:12). Indicó también Jesús que no debemos pensar en estar libres de sufrir oposición por su nombre; “Bástale al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su señor” (Mateo 10:25). Así que, Jesús dejó varias instrucciones a sus discípulos acerca de lo que Él esperaba de ellos mientras daban testimonio de Él. Iba a partir de este mundo y una vez resucitado, ascendería al cielo después de lo cual enviaría al Espíritu Santo para formar la iglesia. Al ser glorificado, Jesús entró en una nueva fase de ministerio para con su pueblo. Pablo lo explicó en su carta a los Efesios, “Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, Y dio dones a los hombres” (Efesios 4:8). Como vencedor, Jesús hizo su entrada triunfal en el cielo...

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