MARÍA A LOS PIES DE JESÚS

Por cierto las damas son más sensibles que los varones. En la Biblia se cuentan lindas historias de mujeres devotas que demostraron su amor para con Dios y para con el Señor Jesús. Lea de María en tres diferentes ocasiones y que hizo ella con Jesús.
“Entonces Jesús dijo: Déjala; para el día de mi sepultura ha guardado esto.” Juan 12:7.

Hay algo especial que caracteriza María de Betania. En tres distintas oportunidades, ella está a los pies de Jesús. En Lucas 10:39, está sentada a los pies de Jesús donde recibe INSTRUCCIÓN. En Juan 11:32, se postra a los pies de Jesús donde recibe CONSOLACIÓN. En Juan 12:3, otra vez está a los pies de Jesús, pero esta vez ocupada en la ADORACIÓN. En Lucas 10, Jesús entró en Betania y Marta, la hermana mayor de María recibió a Jesús en su casa. Sentada a los pies de Jesús, María “oía su palabra” v.39. Marta se quejó y pidió a Jesús que dijera a María que le ayudara. Es fácil imaginar la situación y entender el enfado de Marta. Sin embargo, Jesús puso en la balanza las dos actividades de las hermanas y valoró lo que hacía María, explicando a Marta, “Sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada” v.42. Jesús instruía a María acerca de la obra que Él vino a realizar y le reveló que entre su muerte en la cruz y su resurrección, iba a haber pocos días. Conocer esta verdad era la cosa necesaria; era la buena parte y Jesús no iba a interrumpir la sesión de instrucción. María usaría la buena parte recibida para actuar oportunamente en la semana antes que Jesús fuera crucificado.

La historia de la enfermedad de Lázaro y su muerte es relatada por Juan en el capítulo 11 de su evangelio. Jesús se demoró en llegar y Marta es la primera en reclamar porque Jesús no había llegado antes, confiada que Él podría haber evitado le muerte de su hermano. Marta recibió la gran revelación de Cristo como la Resurrección y la Vida y luego hizo su gran confesión de fe cuando Jesús le preguntó, “¿Crees esto?” v.26. María fue informada que Jesús había llegado: “El Maestro está aquí y te llama”. María salió a recibirle, y “al verle, se postró a sus pies” v.32. Otra vez está a los pies de Jesús, pero esta vez recibe el cariño y la consolación que sólo el Hijo de Dios puede dar. Precioso es el verso más corto de la Biblia, “Jesús lloró” v.35. María recibió CONSOLACIÓN.

Lázaro fue devuelto a la vida por el poder de Jesús. En su viaje a Jerusalén para morir en la cruz, pasó por Betania, la aldea de Marta, María, y Lázaro. Allí le hicieron un banquete y mientras comían, María presiente que el tiempo de la muerte de Jesús esta cerca. Se acuerda de cuando le dijo que iba a haber poco tiempo entre su muerte y su resurrección. Decidió ungir al Señor ANTES que muriera, pues no iba a haber oportunidad DESPUÉS. Si entre su muerte y resurrección iba a haber poco tiempo, ¿por qué no ungirlo antes? María, a los pies de Jesús, los bañaba con medio kilo de nardo puro, un perfume sumamente costoso y oloroso. Se llenó la casa del olor y Judas Iscariote la criticó por razones avaras. Jesús le defendió diciendo: “déjala; para el día de mi sepultura ha guardado esto”. Jesús apreciaba la ADORACIÓN de María. Destacó que ella lo hizo en forma especial para Él. No lo había usado en su hermano cuando él murió, sino Jesús era el objeto de su amor y era digno de ser adorado. ¿Hemos pasado tiempo a los pies de Jesús? ¿Hemos sido instruidos y consolados? Y como resultado de todo esto, ¿Hemos adorado a Él? –DAJ