Cantamos con los niños el coro, “Mi Dios grande es, tan fuerte y sabio, no hay bien que no pueda hacer”. Lea de su grandeza.
“Oh Jehová, tú me has examinado y conocido… …¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos!” Salmo 139:1 y 17.

Nuestro Dios es omnisciente (sabe todo); es omnipresente (no hay lugar donde no esté); y omnipotente (tiene poder completo). El salmo 139 destaca su omnisciencia en los versos 1 al 6; destaca su omnipresencia en los versos 7 al 12; y su omnipotencia en los versos 13 al 16. El lenguaje humano queda muy corto para que un ser humano alcance a describir a Dios su Creador. Como dijera el salmista: “tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; Alto es, no lo puedo comprender” v.6. Pero en su gracia Dios permite que tengamos conocimiento de Él. Jesús dijo: “el que me ha visto a mí, ha visto al Padre” Juan 14:9.

El salmo 139 revela que Dios nos examina, nos conoce, nos entiende y nos escudriña. No hay secreto que no sepa. No hay detalle que se le escape. Físicamente ha “conocido mi sentarme y mi levantarme”. Intelectualmente “has entendido desde lejos mis pensamientos” v.2. Al conocer a Dios como Padre, se alegra el individuo porque Dios sepa todo. Cuando uno conoce a Dios a través del Señor Jesús, puede acercarse con confianza sabiendo que nos entiende totalmente y porque es todo sabio, siempre hará lo mejor para nuestra vida.

Se puede clamar a Dios en todas partes pues es omnipresente. “¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?” v.7. No pensemos que Dios solamente esté en puntos geográficos en la tierra. Dios está también en el aire, en el mar, debajo de la tierra y hasta en la luna los astronautas cristianos pudieron orar a Dios. La omnipresencia de Dios garantiza que siempre puedo contar con su dirección. Después de nombrar los diferentes lugares donde está Dios, el salmista exclama “aun allí me guiará tu mano, Y me asirá tu diestra” v.10. Y que haya tinieblas o luz, no importa, “Lo mismo te son las tinieblas que la luz” v.12.

Dios es omnipotente y fue Él quien nos formó en el vientre de nuestra madre; “porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre” v.13. ¿Qué podemos decir ante tales consideraciones? El mismo salmista nos da la pauta: “Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; Estoy maravillado, Y mi alma lo sabe muy bien” v.14. Dios merece ser alabado por todo lo que ha hecho y lo que hace. Nos llama a conocerle por medio del Señor Jesús quien dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais” Juan 14:6-7. Es un bendito privilegio conocer a Dios y alabarle por la profundidad de su amor. Además de su amor, ha tenido preocupación a favor nuestro para hacer posible que seamos reconciliados con Él. ¿Puede usted decir con el salmista? “¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos!” Salmo 139:17. –daj

Lectura Diaria:
Nehemías 10:1-11:36 [leer]
/Zacarías 7:1-14 [leer]