EL PADRE ESTÁ COMPLACIDO CON EL HIJO 3

Es interesante considerar lo que tuvo que encarar el Señor Jesús cuando estuvo en el desierto cuarenta días siendo tentado por el diablo. Lea de su experiencia. “El que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada.” Juan 8:29. Después de ser bautizado, Jesús pasó cuarenta días en el desierto bajo la constantemente guía del Espíritu Santo. Desde su concepción en el vientre de María hasta morir y resucitar, Jesús tuvo siempre consigo la presencia del Espíritu. El Espíritu Santo es una persona, igual que Dios Padre es una persona, como también el Hijo es una persona. El Espíritu Santo no tiene forma tangible como tuvo el Señor Jesucristo. El Padre tampoco tiene forma humana. Tiene forma pero no la que sea visible a nuestros ojos naturales. El Espíritu Santo es una persona con una misión importantísima en el mundo. Trabaja para contrarrestar la obra del diablo. Trabaja entre los que no conocen a Dios buscando convencerlos de su estado pecaminoso y la necesidad de buscar en Jesucristo la salvación. Trabaja también en los que son hijos de Dios, pues él vive en ellos. Es un huésped divino y su labor es guiarnos en todo momento para que seamos agradables a Dios. Fue el mismo Espíritu Santo que impulsó al Señor Jesús al desierto para ser tentado por...

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