¿Cómo se puede conseguir que un lápiz de mantenga en posición vertical, parado? Lea de la lección aprendido por un joven militar.
“¿Tú quién eres, que juzgas al criado ajeno? Para su propio señor está en pie, o cae; pero estará firme, porque poderoso es el Señor para hacerle estar firme.” Romanos 14:4.
Una noche después de predicar en una reunión en Londres, Inglaterra, el renombrado evangelista Lord Radstock apenas pudo llegar a la estación a tiempo y tuvo que subir a bordo del tren momentos antes de su partida. Pero un joven oficial del ejército le había seguido y corriendo al lado del coche, le habló por la ventana, diciendo: “Señor, le escuché en su predicación esta noche, pero favor decirme cómo puede un joven enderezar su vida.” El tren se puso en marcha y Lord Radstock sacó un lápiz de su bolsillo y lo colocó en la palma de su mano, preguntándole: “¿Puede este lápiz pararse solo?” “No” replicó el oficial. El Sr. Radstock entonces tomó el lápiz en su mano y lo sostuvo en posición recta. “¡Ah!” exclamó el joven, siguiendo al lado del tren “pero Ud. lo tiene agarrado.” “Pero claro,” dijo el predicador “su vida es como este lápiz, sin fuerza, pero en la mano de Cristo Ud. puede mantenerse recto sin caer.” Como el tren ya tomaba velocidad e iba por una curva, se paró el joven oficial y la última cosa que vio fue la mano extendida del Lord Radstock, manteniendo el lápiz en posición parada.
Pablo el apóstol instruyó a los cristianos en Roma sobre la necesidad de tratar al “débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones” Romanos 14:1. Los débiles eran ciertas personas sin criterio cristiano formado o con cierta inmadurez. Piensan que es necesario privarse de ciertas comidas para agradar a Dios. Sabemos que no es así. Dios nos llama a ser pacientes con los tales. Debemos esperar para que con el tiempo, entendieren que ciertas restricciones que algunos practican son autoimpuestas y que no son órdenes de parte de Dios. Los más fuertes deben tratarles con bondad. Pablo pidió a los más maduros a no juzgar “al criado ajeno”. El mismo Señor en quien han confiado hará su trabajo para fortalecerles a fin de que estén firmes en su mano. El ejemplo del lápiz agarrado por el predicador así lo ilustra. La Biblia promete: “poderoso es el Señor para hacerle estar firme” v.4.
Pasaron veinticinco años y Lord Radstock y el joven militar se encontraron otra vez. Los dos estuvieron en la India, y el joven oficial contó al predicador que desde ese momento al lado del tren, él había confiado en el Señor Jesucristo como su Salvador personal y durante el lapso de tantos años, Cristo le había sostenido firme en la vida cristiana. Millares de otros creyentes han comprobado lo mismo. ¿Y Usted? –Adaptado/daj
Lectura Diaria: | ||
Génesis 32:1-33:17 [leer]
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/Salmos 1:1-3:8 [leer]
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/Mateo 18:15-35 [leer]
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