Al principio de su ministerio público, Jesús fue conducido al desierto por el Espíritu para ser tentado. ¿Por qué permitida la tentación? Lea de algunas de las razones.
“No tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. “ Hebreos 4:15
Fue el Espíritu Santo que impulsó al Señor Jesús al desierto para ser tentado por Satanás. “Estuvo en el desierto cuarenta días, siendo tentado por Satanás. Estaba con las fieras, y los ángeles le servían” Marcos 1:13. Hubo varias tentaciones sufridas, pero el Señor las venció todas. Demostró que en Él no hubo nada que respondiera a los designios malignos del enemigo. Salió vencedor. Los evangelios de Mateo y Lucas relatan las tres tentaciones principales que vinieron al final de los cuarenta días. En verdad, fracasó Satanás, Jesús fue el Vencedor. ¿Por qué fue tentado Jesús? La tentación no fue permitida PARA VER si acaso cayera Jesucristo en alguna falta, sino PARA DEMOSTRAR QUE NO fue posible que Él pecara. Fue completamente consagrado en todo momento. En ningún momento estuvo en peligro la salvación nuestra que Él había venido para efectuar a favor de nosotros.
Marcos no menciona las tres tentaciones aludidas por Mateo y Lucas, solamente menciona que había fieras presentes. Así que, para cualquier ser humano, había peligro. Para el Hijo de Dios, su Creador, no hubo nada de peligro. En el desierto el Señor enfrentó el peligro pero en todo momento tuvo la compañía del Espíritu Santo y de los ángeles que le servían. Cuando Cristo estuvo en el desierto, como Creador de los animales, supo controlar todo.
¿Por qué fue permitida la tentación de Jesús si se sabía de antemano que no iba a sucumbir? ¿Hubo alguna razón especial? En primer lugar, fue para demostrar que en Cristo, el diablo no iba a encontrar nada que respondiera a sus ofertas. Jesucristo era Dios pero en carne humana, y por lo tanto no se halló ningún pecado en Él. Al final de su ministerio y antes de ir a la cruz, Jesús dijo: “viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí” Juan 14:30. Usando a los hombres malvados para exigir su crucifixión, el diablo trató de presentarle como culpable, pero fue inocente. Pilato mismo dijo: “Ningún delito hallo en este hombre.” Lucas 23:4. La segunda razón por la cual fue permitida la tentación tiene que ver con nosotros. En Hebreos 2:17-18, leemos del servicio que nos brinda el Señor Jesucristo como nuestro Sumo Sacerdote; él que intercede en la presencia de Dios por los suyos. “Era preciso que en todo fuese hecho semejante a sus hermanos, a fin de ser un sumo sacerdote misericordioso y fiel en el servicio delante de Dios, para expiar los pecados del pueblo. Porque en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados” Hebreos 2:18. Cristo es poderoso para socorrer a los que son tentados. Dios es glorificado en la vida de la persona que vence la tentación. –DAJ
Lectura Diaria: | ||
Exodo 8:1-32 [leer]
|
/Salmos 38:1-39:13 [leer]
|
/Hechos 3:1-26 [leer]
|