OBTENER SABIDURÍA

Todo el mundo quiere ser considerado sabio. Pero la verdad es que actuamos neciamente a veces. Lea de una forma de obtener sabiduría. “Hijo mío, está atento a mis palabras; Inclina tu oído a mis razones.” Proverbios 4:20. Conversaba con un hombre, padre de tres hijos. Me mostró una nueva Biblia de estudio. Explicó que con sus hijos iban a leer en los Proverbios. La Biblia tenía anotaciones para que los niños pudieran ser bien instruidos. “Excelente,” le dijo, pues quería animarle a estudiar la Palabra de Dios con sus hijos. El mayor de ellos tiene quince años y por cierto es una edad vulnerable. Los jóvenes de esta edad no buscan la compañía de sus padres, prefiriendo pasar tiempo con sus amigos. Cuando los amigos son buenos, no hay mucho que temer. Sin embargo, aunque sean los mejores amigos, no hay nada que supere la Palabra de Dios como fuente de conocimiento y sabiduría. La Biblia responde a las preguntas que los hijos pudieran hacer referente a la vida. Establece principios para desarrollar el carácter, orientar la conducta y poner límites a la conversación. Las palabras de la Biblia pueden tener efecto constante en la vida y por eso la exhortación, “No se aparten de tus ojos; Guárdalas en medio de tu corazón; Porque son vida a los que las hallan, Y medicina a todo su cuerpo” Proverbios...

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