EN MEDIO DE LA TEMPESTAD, CONFIANZA
En los momentos de gran aflicción es saludable permitir que la Palabra de Dios haga su efecto tranquilizador. Lea de cómo encontrarlo. “Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria”. 1 Pedro 5:4. Las tragedias que ocurren en el mundo crean una especie de inseguridad en la mente de muchos. Se sabe de erupciones volcánicas, ciclones, tornados, inundaciones, temblores, y accidentes. Se pueden nombrar otros sucesos que enlutan los hogares y causan copiosas lágrimas a correr. Frente al dolor ajeno, uno se siente tartamudo y las palabras, aunque conceptuosas, flotan en el aire como plumas sin reportar ningún beneficio. En tales momentos el contenido de la Biblia cobra fuerza para animar y fortalecer a los que busquen en ella consuelo. Hay preciosas promesas en la Biblia. Por ejemplo, cuando Jesús mandó a sus discípulos a predicar, les dijo al final de su charla, “he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo (fin de la jornada). Amén” Mateo 28:20. Mientras tanto, es reconfortante recordar las palabras del Señor cuando habló de una protección especial para los suyos. Dijo: “yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano” Juan 10:28. Y eso no es todo, pues agregó “mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede...
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