Mes: Mayo 2011

LA TIERRA DE LOS VIVIENTES

Hay un famoso científico que afirma que no hay Dios, ni cielo, ni nada. La Biblia dice todo lo contrario. El científico está equivocado. Cristo dice la verdad. Lea sus dichos. “Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová en la tierra de los vivientes.” Salmo 27:13. Cada creyente en el Señor Jesús tiene una sólida esperanza referente al futuro. No es un deseo solamente sino una firme convicción basada en la palabra del Señor Jesús: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” Mateo 24:35. Vivimos en la tierra de los moribundos, y la tierra continuará así hasta que haya un nuevo cielo y una nueva tierra. Hasta que Cristo vuelva por los suyos, nadie deja este mundo sin morir. “Está establecido para los hombres que mueran” Hebreos 9:27. Sin embargo, cuando Cristo venga, transformará los cuerpos de los vivos para llevarlos al cielo sin pasar por la muerte. Llegados al cielo, estaremos siempre en la tierra de los vivientes, ¡Para siempre! En aquel lugar, habrá una gran ausencia de cosas que aquí producen pena y sufrimiento. Dios secará “toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron” Apocalipsis 21:4. Los saduceos conformaban una secta en los tiempos de Jesús de cuyos orígenes no han...

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EN MEDIO DE LA TEMPESTAD, CONFIANZA

En los momentos de gran aflicción es saludable permitir que la Palabra de Dios haga su efecto tranquilizador. Lea de cómo encontrarlo. “Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria”. 1 Pedro 5:4. Las tragedias que ocurren en el mundo crean una especie de inseguridad en la mente de muchos. Se sabe de erupciones volcánicas, ciclones, tornados, inundaciones, temblores, y accidentes. Se pueden nombrar otros sucesos que enlutan los hogares y causan copiosas lágrimas a correr. Frente al dolor ajeno, uno se siente tartamudo y las palabras, aunque conceptuosas, flotan en el aire como plumas sin reportar ningún beneficio. En tales momentos el contenido de la Biblia cobra fuerza para animar y fortalecer a los que busquen en ella consuelo. Hay preciosas promesas en la Biblia. Por ejemplo, cuando Jesús mandó a sus discípulos a predicar, les dijo al final de su charla, “he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo (fin de la jornada). Amén” Mateo 28:20. Mientras tanto, es reconfortante recordar las palabras del Señor cuando habló de una protección especial para los suyos. Dijo: “yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano” Juan 10:28. Y eso no es todo, pues agregó “mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede...

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PRIMERA EPÍSTOLA DE JUAN 2_11 — (021)

Lea acerca de la diferencia entre el hijo de Dios y el hijo del diablo. “Pero el que aborrece a su hermano está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe a dónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos.” 1 Juan 2:11. ¿En qué se ve la diferencia entre los hijos de Dios y los hijos del diablo? Los unos son descritos como los que andan en la luz mientras los otros andan en las tinieblas. Hay ciertas características que marcan los hijos de luz. Igualmente los que andan in tinieblas se conocen por ciertas características suyas. En la sección que abarca los versos 3 al 11 de 1 Juan 2, el apóstol deja muy en claro las diferencias. Los que conocen a Dios y que son sus hijos guardan sus mandamientos, v.3. El amor acompaña el guardar de sus mandamientos y se ve desarrollándose, indicando que la persona está respondiendo a la verdad puesta en ella. v.5. Esta verdad le lleva a imitar a su Señor pues “debe andar como él anduvo” v.6. El hijo de luz es instruido por lo que aprendió desde el principio, es decir, hay que modelar la vida para demostrar que la vida de Cristo está presente. Paulatinamente “las tinieblas van pasando, y la luz verdadera ya alumbra”, o sea, hay crecimiento sostenido como ocurre cuando los tenues rayos...

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JUAN A GAYO

¿Cómo está su salud espiritual? ¿Igual o mejor que su salud física? Hubo un hermano llamado Gayo y lo destacable de él fue su salud espiritual. Lea lo que Juan el apóstol le dijo. “Mucho me regocijé cuando vinieron los hermanos y dieron testimonio de tu verdad, de cómo andas en la verdad.” 3 Juan 1:3. Años atrás, un predicador del evangelio escribió una carta a su hijo en la fe. Juan era viejo y sus palabras fueron pocas, pero conceptuosas. El destinatario fue Gayo y seguramente se contentó al recibir unas líneas de su anciano padre espiritual. Juan apreciaba que la vida cotidiana que llevaba Gayo era para la gloria de Dios. Juan amaba a Gayo en el sentido puro del amor cristiano, aquel amor que Dios ha puesto en el corazón de cada hijo suyo. Juan deseaba la prosperidad física de su hijo, y usó como punto de referencia la salud espiritual de Gayo. ¿Acaso se puede decir esto en cuanto a nosotros? Seguramente la mayoría de nosotros tendríamos que decir que es todo lo contrario. La salud física es mejor que la salud espiritual. Preguntémonos, ¿cómo nos encuentra nuestro Señor, el médico divino? Juan había recibido la visita de unos hermanos en la fe. No se sabe en qué ciudad o pueblo estuviera cuando le fueron a ver. Juan anduvo en muchas partes enseñando la Palabra...

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COMO ANDAR CONFIADAMENTE

¿Cómo andas? Todos hemos escuchado la pregunta. Es importante preguntarnos como es nuestro andar en la vida cristiana. Lea para ver si andas bien o no. “Entonces andarás por tu camino confiadamente, Y tu pie no tropezará.” Proverbios 3:23. Algunos caminantes usan un podómetro, un aparato que enganchado al cinturón que registra cuántos pasos la persona da en su caminar. Está adosado al cuerpo y a veces sorprende la cifra que arroja después de un día de caminar. La maquinita es un cuenta-pasos y nada más. No opina sobre cómo ni dónde el individuo haya andado. Es la Biblia que instruye sobre cómo debe ser nuestro andar o forma de vivir. La Biblia contiene las instrucciones necesarias para saber cómo. Si se toma en cuenta lo que ella dice, afectará la dirección en que uno va y también los lugares adonde dirigirnos. Juan el apóstol escribió que nuestro hablar debe afectar nuestro andar, “el que DICE que permanece en él (Cristo), DEBE ANDAR como él anduvo” 1 Juan 2:6. Los que confiesan fe en Cristo deben respaldar lo dicho por su modo de actuar. La palabra ‘andar’ es usada en la Biblia como un sinónimo de ‘vivir la vida’. Desde la cárcel en Roma, Pablo mandó una carta a los cristianos en Éfeso rogándoles que “andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados” Efesios 4:1. Habían...

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