PRIMERA EPÍSTOLA DE JUAN 2_17 — (027)

Cada uno tiene que enfrentar la decisión diaria de saber a qué dedicar su tiempo, en cuanto a si las actividades que valen la pena. El mundo las ofrece pero no satisfacen. Lea lo que Juan dice al respecto. “El mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.” 1 Juan 2:17 Habiendo establecido que todo lo que hay en el mundo no proviene del Padre, Juan el apóstol hace un contraste. Lo del mundo es temporal. El mundo y los deseos que el mundo genera son de poca duración. Estas cosas pasan, pues no tienen forma de continuar indefinidamente. Por otro lado, quienes cumplen la voluntad de Dios permanecen para siempre. Cuando el Padre revela su voluntad indicando en que el hijo suyo debe ocupar su tiempo, sabe que el fruto que produce perdurará para siempre. Hay lindas flores que hermosean los jardines pero pronto se marchitan, se secan y se caen. Es un ciclo que continúa renovándose, pero nada permanece. Hay cambios continuos. Así es el mundo y sus deseos. “Toda carne es como hierba, Y toda la gloria del hombre como flor de la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae; Mas la palabra del Señor permanece para siempre. Y ésta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada” 1 Pedro 1:24-25. Cuando...

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