PRIMERA EPÍSTOLA DE JUAN 2_20 — (030)

Dentro de cada hijo o hija de Dios vive el Espíritu Santo. El Espíritu hace posible que podamos nacer de nuevo. El Espíritu también derrama el amor de Dios en nuestro corazón. Lea acerca de la unción del Espíritu. “Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas.” 1 Juan 2:20. Las personas mencionadas en el verso 19 se habían apartado del grupo de creyentes en el Señor Jesús. Según Juan, si hubiesen sido convertidos, habrían permanecido. Pero salieron y su alejamiento dejó en evidencia que nunca fueron salvos. Cabe la palabra “apóstata” para describir la actitud tomada por los que se fueron. Apostatar significa caerse de donde está. En 2 Tesalonicenses 2:3 se anuncia la apostasía que va a ocurrir cuando “se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición”. Esta será la gran apostasía de la tribulación, pero antes en forma individual, algunos que profesaron ser del Señor se apartarán, y así apostatarán. Un apóstata nunca ha sido salvo. El verso 20 hace un contraste con el verso 19. El verso 20 describe a los cristianos fieles de dos maneras. 1. Tienen la unción del Santo. 2. Son conocedores de la Verdad. La unción del Santo es una referencia al acto de recibir el Espíritu Santo en el momento de convertirse a Cristo. La palabra tenía que ver con el aceite que ponían...

Read More