Primera epístola de Juan 2_27 — (038)

Nadie quiere ser engañado. La confusión que existe en el mundo religioso hoy día se debe en gran parte el engaño perpetrado por el diablo. Para proteger a los suyos del engaño, Jesús les proveyó el Espíritu Santo. Tiene una importante e interesante labor. “Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él.” 1 Juan 2:27.  Juan ha indicado que una razón por escribir esta carta fue para advertir a los cristianos sobre los que querían engañarles. Ahora indica que Dios le había dado “la unción” para protegerles de ser engañados. La unción es siempre activa en la vida del creyente y entrega a los hijos de Dios este escudo de la verdad para que el error no penetre en su mente. El peligro de ser engañado está presente siempre. Es necesario que el creyente en Cristo sepa del peligro para ser cauteloso y aprender la verdad. Con ella puede impedir que el error le robe de su gozo y conocimiento sano. “La unción” es una referencia al Espíritu Santo como Juan ya dijo: “Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas” 1 Juan 2:20. Es un regalo de...

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