El único evangelio

Más que nunca luchamos para mantener en alto la doctrina pura del evangelio. Cada día hay menos lugares donde el evangelio puro es predicado. Si Pablo fue alarmado en su día, hay sobradas razones porque sentimos lo mismo en el día de hoy. Lea por qué. “Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente”. Gálatas 1:6. Si el apóstol Pablo estuviera en el mundo hoy y escuchara los mensajes que se predican en ciertas iglesias, ¿estaría alarmado por la falta de doctrina evangélica? Al percibir las novedades que desplazan la sencillez del evangelio, ¿ocuparía lenguaje como el que usó con los hermanos en Galacia? Estaba maravillado de que en poco tiempo hubieran dejado el evangelio con el cual se convirtieron “para seguir un evangelio diferente”. Después de su saludo acostumbrado de “gracia y paz… de Dios el Padre y de nuestro Señor Jesucristo” no se refirió a nada por la cual pudiera estar agradecido. La situación de los gálatas en abandonar la sana doctrina le molestó. Después de reiterar la razón porque Cristo se había dado “a sí mismo por nuestros pecados” v.4, abruptamente menciona su preocupación. El problema entre los gálatas no era similar al espíritu partidista de los corintios, ni fuera el tema de la flojera de los de Tesalónica que dejaron...

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