PRIMERA EPÍSTOLA DE JUAN 3_8 — (048)

Ser tentado a pecar es una experiencia que afecta a todo ser humano. Los hijos de Dios tratan de evitar el pecado por medio de la vida nueva en Cristo Jesús. Los que son del diablo pecan sin que les importe ir en contra de la voluntad de Dios. Cristo vino para que vivamos una vida diferente. “El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.” 1 Juan 3:8. Juan el apóstol sigue su argumento para establecer que los que viven en comunión con el Padre actúan de una manera diferente a los otros que no conocen a Dios. Los hijos de Dios se preocupan por no pecar.  Por el otro lado, Juan establece que los que habitualmente pecan sin importarles la maldad que hacen, son del diablo. El pecado no es una novedad para el diablo pues “el diablo peca desde el principio” v.8. El diablo fue la causante de la caída de Adán y Eva en el pecado. Fue el instigador que les hiciera desobedecer a Dios en el huerto de Edén. Susurró al oído de Eva y ella sucumbió a la tentación. Adán cayó en la misma trampa y todos nosotros hoy día somos testigos experimentados en esta tendencia natural de ir en contra de la voluntad...

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