Fruto para Dios (II)
La forma en que uno vive es vista fruto producido por una parra o una vid. El fruto que da gusto a Dios es el producido en comunión con Cristo. ¿Hay fruto de esta calidad en su vida? “Todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia… para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina” 2 Pedro 1:3-4 En nuestra condición natural como pecadores, el fruto que producimos (las actividades en nuestra forma de vivir) es el producto de nuestros instintos naturales. La Biblia lo describe como fruto de “la carne”. La fuente de este fruto es la vida propia de uno, sean las ideas o los móviles, los cuales no reciben su dinámica a través de la vida de Cristo. Cristo Jesús se levantó de la muerte para impartirnos una nueva vida, una clase de vida diferente. Cuando le aceptamos como Salvador, recibimos como regalo la vida de Cristo Jesús. Dios nos hace partícipes de su vida como dice el texto de cabecera. O como dice Hebreos 3:14, “somos hechos participantes de Cristo”. La misma vida que Cristo tiene como resucitado es la que ahora actúa en nosotros que creemos. Es la vida de Dios, una vida de unión y...
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