EL HOMBRE DE DIOS

El cristiano sincero busca vivir delante de Dios de tal manera que su comportamiento le agrade. Hay ciertos actos en la vida que hacen que la persona salvada sea conocida como hombre o mujer de Dios. “Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre”. 1 Timoteo 6:11. En el corazón de los cristianos sinceros existe un deseo de crecer en la gracia y el conocimiento del Señor Jesús. Timoteo fue llamado “hombre de Dios” por Pablo cuando este le exhortaba a vivir su vida para la gloria de Dios. Le indicó que para lograrlo, debía huir del amor al dinero y tener en su lugar la práctica de seis virtudes que agradan a Dios. Son seis “riquezas” que contribuyen al desarrollo espiritual. Quien sigue la justicia cuida su forma de tratar con sus semejantes, sea en el negocio, en la amistad, en la familia, o en la iglesia. Requiere vigilancia de parte de cada uno para pagar las deudas a tiempo. Con los amigos, se requiere lealtad en la buena y en la mala. Luego en la familia o en la iglesia donde hay compromisos, se espera que se cumplan las promesas hechas. El tema de la piedad era tema conocido por Timoteo. Pablo ya había escrito que “gran ganancia es la piedad...

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