PRIMERA EPÍSTOLA DE JUAN 3_21 — (061)

Nadie quiere tener una conciencia compungida por algún pecado o falta cometida. Es rico vivir con un corazón que no reprende y tenemos algunos ejemplos bíblicos de ello. “Amados, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios.” 1 Juan 3:21. En este verso Juan presenta el corazón que no reprende, todo lo contrario al corazón que reprende como el mencionado en el verso 20. Se entiende que la reprensión se siente cuando la conciencia acusa de pecado. Si uno viviera su vida cuidándose para no pecar, el corazón no tendría nada que reprender. Ningún ser humano es capaz de vivir sin pecado, pues básicamente somos débiles. El pecado es parte de nuestra naturaleza humana mientras estamos en este cuerpo. Juan ya advirtió sobre la posibilidad de pensar que seamos libres de pecar. “Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros” 1 Juan 1:8. Gracias a Dios que con la ayuda del Espíritu Santo, uno puede aspirar a vivir una vida sin ser dominado por el pecado y en tal condición, “si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios” v.21. Un hombre que vivía una vida santa era Nataneal. Felipe le invitó a ver a Jesús y mientras se acercaba, Jesús dijo: “He aquí un verdadero israelita, en quien no hay engaño” Juan 1:47. Natanael no...

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