DOS HOMBRES TRISTES
Hay muchos motivos porque los seres humanos lloran. El dolor en el cuerpo es uno y también lo es el dolor en el alma. Saúl el rey y Samuel el profeta lloraron, pero por motivos diferentes. Las consecuencias de la desobediencia producen tristeza y muchas lágrimas. “Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros.” 1 Samuel 15:22. Entre las personas mencionadas en el Antiguo Testamento, Saúl el rey una que se destaca por su desobediencia delante de Dios. A través de Samuel el profeta, Saúl fue instruido a destruir a los amalecitas, enemigos acérrimos durante años. Durante el tiempo cuando Moisés lideraba al pueblo que Dios decretó: “Escribe esto para memoria en un libro, y di a Josué que raeré del todo la memoria de Amalec de debajo del cielo… Por cuanto la mano de Amalec se levantó contra el trono de Jehová, Jehová tendrá guerra con Amalec de generación en generación” Éxodo 17:14, 16. Cuatrocientos años más tarde, Saúl fue encargado de pelear contra los amalecitas. Las instrucciones fueron precisas; “ve, pues, y hiere a Amalec, y destruye todo lo que tiene, y no te apiades de él; mata a hombres, mujeres, niños, y aun los de pecho, vacas, ovejas, camellos y asnos” 1 Samuel 15:3. Ya que Saúl debía hacer algo que Dios tenía en mente por...
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