DEVOLVIENDO LO PERDIDO (2)
Son pocos los casos que se registran de personas que, hallando algo perdido o extraviado de su dueño, busquen al dueño para devolvérselo. La Biblia enseña que debe ser un acontecimiento normal y reiterado. El mundo sería muy diferente si todos actuáramos así. “Si vieres extraviado el buey de tu hermano, o su cordero, no le negarás tu ayuda; lo volverás a tu hermano.” Deuteronomio 22:1. Lea los versos 1-4. En la ley de Moisés, se establece los principios de la “Ley de la Devolución”. Claro está que toca el caso de animales como objetos extraviados, pero la ley establece el principio que afecta a todo objeto que no esté en poder de su dueño. Se espera que sea devuelto. ¿Acaso tiene aplicación a nosotros? Es necesario que el cristiano asuma la responsabilidad de devolver la propiedad de otro. ¿Qué pasa si uno daña la propiedad de otro? ¿Qué si accidentalmente causa una abolladura en un auto? Lo correcto es dejar una notita para que el dueño se contacte con la persona que hizo el daño. La preocupación por la propiedad de otros es la que nos lleva a correr en auxilio de los accidentados, o rescatar a los ocupantes de una casa incendiada, o auxiliar a los damnificados por inundaciones. Hacemos todo lo posible para proteger la propiedad ajena. En una escuela superior en Jerusalén, un letrerito apareció...
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