PRIMERA EPÍSTOLA DE JUAN 4_8 — (072)

Amar y ser amado es más que un sentimiento biológico. Es un ejercicio racional de una capacidad que Dios puso en cada ser humano, pues Él mismo es amor. El pecado interfiere y destruye el deseo de mostrar amor. Amar en verdad es una evidencia de que uno conoce a Dios. “El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.” 1 Juan 4:8. Habiendo exhortando a sus lectores a amarse mutuamente en el verso 7, Juan el apóstol anticipa que habrá personas incapaces de amar como Dios quiere. En la actualidad, los casos de los abusos intrafamiliares, los femicidios, los homicidios y otros actos de crueldad demuestran que el gran ausente es el amor. En vez del amor, hay odio y envidia, también ira y toda clase de malicia. El amor que Dios derrama en el corazón de la persona que se convierta a Él tiene por objeto hacer cambios en la sociedad. El texto de cabecera deja en claro que los que no aman, sencillamente no conocen a Dios. Dios es la fuente del amor y varios han testificado de los inmensos cambios en sus vidas cuando creyeron en Cristo como en su Salvador. Han sabido amar como nunca antes. Los niños de la Escuela Dominical cantan: Dios es amor / Dios es amor / La Biblia lo dice / Dios es amor / Dios...

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