PRIMERA EPÍSTOLA DE JUAN 4_10 — (074)
El amor de Dios es eterno. Los seres humanos llegamos a conocerlo cuando escuchamos el evangelio que revela que “de tal manera amó Dios al mundo, que (dio) a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. “En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados”. 1 Juan 4:10 Dios es amor y el verso 9 indicó que esto fue mostrado cuando envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. El amor de Dios no es un acto sentimental. Entre los seres humanos, se habla del amor, pero a veces es amor egoísta que busca aprovecharse y no beneficiar al otro. El amor de Dios es activo y busca una respuesta en la persona que lo experimenta. Del amor mostrado en verso 9, Juan habla de lo esencial del amor en el verso 10. El amor no comienza en el ser humano. Dios “nos amó a nosotros”. El amor de Dios siempre ha sido parte de su carácter. Viendo la condición en que estábamos como pecadores alejados de Él, “envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados”. No quiso que continuáramos viviendo expuestos a la ira divina que castiga el pecado. Antes...
Read More