PRIMERA EPÍSTOLA DE JUAN 4_11 — (075)
El amor tiene su origen en Dios y ha llegado a nosotros. Por medio de nosotros, debe llegar a otros como dijera el Señor “el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna” Juan 4:14. “Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros”. 1 Juan 4:11. El amor tuvo su origen en el corazón de Dios. El amor no comenzó en el corazón del ser humano. Fuimos objetos del amor divino y ahora Dios espera que seamos el conducto o canal por el cual su amor es conocido por otros. Habiendo hecho la obra de propiciación por nuestros pecados en la cruz, Cristo proveyó el poder para que el pecador fuera reconciliado con Dios. Al parar mientes en la grandeza de ese amor y lo que significa en nuestra vida ¿debemos admirarlo y nada más? El texto de cabecera enseña que cuando experimentamos el amor de Dios, no debemos ser egoístas, sino demostrar amoroso interés en el bienestar de otros. El verso 10 deja en claro que Dios nos amó y envió a su Hijo para salvarnos. Le amamos por eso, o sea, devolvemos el amor recibido como un reconocimiento de su deseo de vernos bendecidos con la salvación eterna de nuestra alma. No solamente debemos amarle a Él, sino también a otros a...
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