PRIMERA EPÍSTOLA DE JUAN 4_12 — (076)
En el amor falta el amor hermanable. Hay tanto odio y lo triste es que se manifiesta en el seno familiar. ¿Qué es lo que Dios espera? Nos capacita a través del Señor Jesús a mostrar este amor. “Nadie ha visto jamás a Dios. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se ha perfeccionado en nosotros”. 1 Juan 4:12. El amor mutuo que los hijos de Dios demuestran entre sí es una marca de parentesco con su Padre celestial. Dios nos amó primero y lo manifestó en el envío de su Hijo al mundo para ser nuestro Salvador. Cuando Cristo es aceptado por fe como Salvador, el Espíritu Santo imparte vida nueva y con ella derrama el amor de Dios en nuestro corazón. Ya capacitado para amar como Dios ama, es factible obedecer la exhortación, “Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros” 1 Juan 4:11. A renglón seguido viene el texto de cabecera que comienza con “Nadie ha visto jamás a Dios”. Juan dijo algo similar en su evangelio, “a Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer” Juan 1:18. Ahí está la clave para entender su enseñanza en esta epístola. No se puede ver a Dios con los ojos naturales, pero el...
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