PRIMERA EPÍSTOLA DE JUAN 4_18 — (082)
Amar como Dios manda debe ser la norma en la vida de todo cristiano. Con confianza uno puede vivir su vida sin temor, sabiendo que de esta manera agrada a Dios y beneficia a su prójimo. “En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor”. 1 Juan 4:18. Para alcanzar la meta de tener madurez cristiana requiere el “aceite” del amor divino experimentado y practicado. Todo comienza cuando la persona confiesa a Jesús como el Hijo de Dios y se convierte en discípulo de Él. Los convertidos viven su nueva vida conscientes de la necesidad de vivir en contacto, o en comunión con su Señor; “todo aquel que confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios” 1 Juan 4:15. Habiendo “conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros” sabe que “Dios es amor” y en nuestras vidas, este amor debe ser visto. Por medio de practicar el amor de Dios, se obtiene un nivel de madurez que produce un sentir de seguridad “para que tengamos confianza en el día del juicio; pues como él es, así somos nosotros en este mundo” v.17. El cristiano que practica de veras el amor de Dios en...
Read More