PRIMERA EPÍSTOLA DE JUAN 4_16 — (080)
Practicar el amor de Dios en la vida diaria es como el aceite que lubrica la interacción entre hermanos en la fe, en la familia inmediata de uno, y aún en la sociedad. Dios espera que permanezcamos en esta práctica el uno para con el otro. “Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él.” 1 Juan 4:16. Se espera de los que confiesan a Jesús como Hijo de Dios que permanezcan en él, v.15. Igualmente se espera de los que han conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros que permanezcamos en este amor. Juan sigue uniendo eslabones en la cadena de la verdad mostrando como el conocimiento se conecta al creer y el creer es en Jesús como el Hijo de Dios. Esto le lleva a disfrutar de la comunión con Dios en forma continúa. El círculo de la verdad también destaca el amor que hemos reconocido como “el amor que Dios tiene para con nosotros”. ¿Se fijó en que no se refiere al amor que tuvo, sino el amor que TIENE? Dios lo tiene en el tiempo presente. ¡Cuán reconfortante es saber que el amor de Dios puede ser disfrutado en todo momento! Nunca mengua ni disminuye. El origen del amor es...
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