PRIMERA EPÍSTOLA DE JUAN 4_13 — (077)

Hablamos a menudo sobre el amor de Dios que debe ser visto en la vida del cristiano. Es una evidencia que se es hijo de Él. Hay otra evidencia que solamente el cristiano individualmente puede verificar y le provee el poder para comprobar que permanece en Dios. Es el Espíritu Santo. “En esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros, en que nos ha dado de su Espíritu”. 1 Juan 4:13. Juan el apóstol ha dejado en claro que cuando “nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se ha perfeccionado en nosotros” 1 Juan 4:12. El amor mutuo es una marca de parentesco con nuestro Padre celestial. Ahora Juan indica que hay otra marca que tiene el hijo de Dios; es la presencia del Espíritu Santo en su vida. En la vida cristiana el poder para amar y vivir viene de la presencia del Espíritu Santo. Su actividad es continúa pues mora permanentemente en el creyente en Cristo. El Espíritu no ha venido a la vida nuestra por causa de “méritos acumulados” sino porque Dios “nos ha dado de su Espíritu” v.13. El Espíritu viene a morar en el creyente que ha escuchado y creído el evangelio. Jesús prometió el envío del Espíritu antes de ir a la cruz. Se lo reveló a los discípulos que se iba a la casa del...

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