PRIMERA EPÍSTOLA DE JUAN 5_5 — (091)
Nadie quiere ser derrotado. Todos queremos ser vencedores. La vida cristiana misma es una lucha pero Dios ha provisto los medios para vencer. “¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?” 1 Juan 5:5. Los hijos de Dios se caracterizan como los que aman a Aquel que les dio vida. También aman a sus hermanos en la fe. El amor es más que decir, “te amo”. El amor a Dios se ve en la obediencia a sus mandamientos. “Este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos” 1 Juan 5:3. Hay influencias y tentaciones que buscan contrarrestar el guardar los mandamientos de Dios. Cada vez que el hijo de Dios resiste el efecto nocivo del mundo y cumple la voluntad de Dios, es una victoria de la fe. “…ésta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe” v.4. No dejarse vencer por el mundo es otra evidencia que tal persona ha creída en Jesús, el Hijo de Dios, tal como declara el texto de cabecera. Una característica flagrante del mundo es la práctica del egoísmo. Muchos buscan aventajarse a sus prójimos y muchas veces usan medios incorrectos, sin respetar lo que al otro le corresponde. Basta observar una fila de clientes en el banco o donde se atiende al público para ver el...
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