FLOTANDO EN EL MAR DE GALILEA

No faltan las circunstancias adversas en la vida. A veces nos sobrevienen y otras veces nuestra propia voluntad nos conduce a meternos en ellas. Jesús tiene una palabra para todos, “tened ánimo”.   “Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis!” Mateo 14:27   La mañana amaneció con pocas nubes. Como una bola de fuego, el sol salía lentamente detrás de los cerros, parte de los altos de Golán, a varios kilómetros hacia el oriente de la orilla del Mar de Galilea. La máquina fotográfica registró el momento emocionante. Lo establecido por Dios es que la tierra siga en su órbita y el sol continuaba subiendo para hacer su labor de iluminar y calentar. El mundo no para nunca en su rotación. Dentro de un par de horas subimos a bordo de la embarcación llamada FE. Era una réplica de las naves que antiguamente se usaban en el Mar de Galilea. Con un grupo de hermanos íbamos a cruzar el mar desde Tiberias para llegar a un muelle a poca distancia de Capernaum. Por decisión de mi cuñado, el líder del grupo, el motor fue parado en el medio del mar y en el silencio de la mañana con una leve neblina sobre el agua, la nave quedó flotando.   En la quietud de la mañana sobre las mismas aguas que conoció el Señor...

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