JONÁS, PROFETA REBELDE
Jonás tuvo el privilegio de ser llamado a servir a Dios. Era un buen predicador juzgando por los resultados obtenidos en Nínive. Pero Jonás tuvo un defecto personal; se enojaba cuando las cosas que andaban según la expectativa suya. Dios tuvo que tomarle una lección. “¿Y no tendré yo piedad de Nínive, aquella gran ciudad donde hay más de ciento veinte mil personas que no saben discernir entre su mano derecha y su mano izquierda, y muchos animales?” Jonás 4:11. Jonás el profeta recibió un encargo de parte de Dios que cabía perfectamente dentro de las actividades de alguien dedicado a predicar. Dios le dijo que fuera a la ciudad de Nínive, que en aquel tiempo era catalogada como una gran ciudad. Los historiadores dicen que los habitantes de Nínive eran conocidos como agresivos y crueles. Jonás había de advertirles del juicio de Dios que se avecinaba por su maldad. No se sabe porque Jonás no quiso obedecer a Dios. Desde Jope, tomó una nave que iba en la dirección opuesta a Nínive. Iba a ir a Tarsis que estaba en España. Subió a bordo pues quiso “irse… lejos de la presencia de Jehová” Jonás 1:3. Desde el momento de huir, Jonás estaba en rebelión contra Dios. Dios aborrece el pecado pero ama al pecador y quiso que los ninivitas se arrepintieran. Además de sus designios de...
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