El camino a la felicidad: hambre y sed de justificación
“Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados” Mateo 5:6 Hemos estado considerando los distintivos de los ciudadanos o súbditos del Reino de Dios o, en otras palabras, los que pertenecen al pueblo de Dios por haber obedecido a su palabra y haberse humillado delante de su persona reconociéndose pecadores perdidos y necesitados de salvación. Este reconocimiento de necesidad les ha llevado a mirar a Cristo y creer en él. En el versículo de hoy se nos habla de hambre y de sed, de un deseo intenso, que es reflejo de profunda necesidad espiritual. Es un deseo intenso de justicia o justificación. El deseo intenso de ser hecho justo para con Dios, de alcanzar aprobación para con Dios, estar en su presencia, tener el perdón de pecados. Tiene que ver con la salvación, no con las situaciones más o menos injustas de la vida diaria. Deseamos no sólo la justicia que viene en la salvación por el acto de Dios declarando justo al pecador e imputándole a justicia de Cristo como suya. El salvado también anhela la justicia que viene en la santificación que es la conformación continua a Cristo. Dice el Salmo 17:5 “En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia; estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza”. En el orden natural, el deseo por el agua es irremplazable al sediento, y...
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