El camino a la felicidad: ser pacificador (II)
“Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios” Mateo 5:9 Hay un aspecto fundamental que es necesario comprender con respecto al significado de la palabra paz: Paz no es la ausencia de conflicto, discusión o guerra. La paz no se define en función una ausencia sino más bien de la presencia activa y expansiva del bien, quietud y solaz de parte de Dios entre aquellos que comparten la fe de Cristo. De hecho, la hebrea “Shalom” significa bienestar, y tiene el sentido de estar bien con Dios y con los demás. También es importante tener en cuenta que paz está muy lejos de una falsa pacificación que sería posible lograr al evadir un conflicto o situación. Dios no hizo la paz con el hombre evadiendo el asunto del pecado sino que enfrentándolo y pagando por el en la cruz. El ser humano, con el fin de mantener muchas veces un precario equilibrio en las relaciones interpersonales, ignora o evita confrontar la injusticia, el pecado, el mal. Aun muchos llamados cristianos prefieren buscar acuerdos en vez de rechazar y denunciar categóricamente el pecado, la inmoralidad, las falsas doctrinas, las herejías. Tengamos siempre presente que la paz de Dios es pura y santa como nos lo da a entender Santiago 3:17: “Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica”. Entonces, no es paz la...
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