El camino a la felicidad: padecer persecución por causa de Cristo

“Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo.” Mateo 5:10-11 Esta es la última de las bienaventuranzas y es doblemente expresada. Los nobles atributos de los hijos del reino que han sido esbozados en los versículos precedentes constituyen un ideal. Pero es un ideal que Dios no transa por el hecho de que los hombres en su pecado no sean capaces de alcanzarlos. Son requisitos permanentes que exigen la justicia, pureza y santidad de Dios de todos los que son suyos. Esta es la forma de agradar a Dios a través de todas las épocas de la historia humana. La  suma de virtudes expresadas en grado variable por los creyentes en cualquier tiempo debiera despertar naturalmente la admiración, el aprecio y el afecto de todos los hombres, pero en realidad no es así. De hecho, el estilo de vida bienaventurado produce rechazo. Esta última bienaventuranza está enraizada con el Antiguo Testamento pues el consuelo de ser perseguido es continuación de la experiencia de los siervos de Dios en la antigüedad. Jesús no ofrece una acogida global para toda clase de sufrimientos, ni para todos los que sufren en cualquier lugar, sino claramente a aquellos que sufren por los...

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