La excelencia de la ley de Dios

“No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir” (Mateo 5:17) En los primeros versículos de Mateo 5 el Señor Jesús ha expresado los requisitos que deben expresar los súbditos del reino de Dios. Estos son exigibles a todos los justos de la historia, tanto del antiguo como del nuevo testamento. Las enseñanzas de Jesús parecen tan radicalmente opuestas a lo que la gente de su tiempo escuchaba de los escribas y los fariseos, que se preguntan si acaso esta es una ley distinta, nueva, que invalida la anterior. Sin embargo, el Hijo de Dios, conociendo los pensamientos de la gente, procede a dejar en claro que no se trata de una nueva ley sino más bien a la explicación real del significado que la ley de Dios quería expresar. Claramente les dice que él no ha venido a abrogar las enseñanzas del antiguo testamento sino a cumplirlas completamente. ¿De qué ley está hablando Jesús? De la ley moral, eterna e inmutable. Esta ley representa un claro contraste con nuestra forma de vida natural, sin ley, sin consistencia, sin parámetros permanentes. Podremos decir que la ley moral es la voluntad revelada de Dios con respecto a la conducta humana, aplicable a todos los hombres en todas la edades. Es parte de “las cosas invisibles de él” que “se...

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