El bálsamo de Galaad

“¿No hay bálsamo en Galaad? ¿No hay allí médico? ¿Por qué, pues, no hubo medicina para la hija de mi pueblo?” Jeremías 8: 22 En su libro, Jeremías nos presenta a los judíos como  heridos por crueles calamidades que les sobrepasan, y más allá de las heridas identifica una condición nacional de enfermedad que necesita igualmente sanidad. El problema de Israel es que han dejado a su Dios, el problema de Israel es el pecado. También Isaías tiene palabras similares hacia Israel, bastante fuertes pero no por ello menos ciertas: “¡Oh gente pecadora, pueblo cargado de maldad, generación de malignos, hijos depravados! Dejaron a Jehová, provocaron a ira al Santo de Israel, se volvieron atrás… Toda cabeza está enferma, y todo corazón doliente. Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa sana” (Isaías 1:4-6). Este mensaje es muy actual hoy. El hombre sufre de las heridas externas por la adversidad y de la enfermedad interna del pecado. El pecado, condición inherente al ser humano caído que le hacer buscar su camino sin tomar en cuenta a su creador. Las evidencias en la sociedad y en las vidas personales de los sere humanod muestras, sin embargo, que el camino de la autodeterminación obstinada conduce a la frustración y la desesperanza. ¿Qué esperanza hay en el mundo hoy? Acaso es una perspectiva de paz, prosperidad y...

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