Mes: Febrero 2013

Un llamado a creer en Él

“Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero” Juan 6:40. El Señor Jesús ha alimentado a cinco mil hombres, se ha ido, la gente le ha buscado y le ha encontrado al otro lado del mar. En Juan 6 hay una conversación en la que el Hijo de Dios les hace ver que en realidad ellos no están buscando las bendiciones espirituales que él les pueda entregar sino más bien buscan la satisfacción material, inmediata y limitada. “De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis” (Juan 6:26). El señor tiene claro que, pese a todo el aparente esfuerzo de la gente, en realidad ellos no creen en él. No hay fe sincera y verdadera en su persona como el Hijo de Dios y desconocen las bendiciones que él puede dar. En los versículos 40 y 54 de Juan 6, el Señor les resume lo que puede hacer por ellos: él les puede dar la vida eterna, comunión inmediata e imperecedera con el padre y con él mismo en un nuevo estado que no se interrumpirá con la muerte física: (Juan 17:3). Aun para esta muerte física, al que cree en...

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El torrente de Cedrón

“Habiendo dicho Jesús estas cosas, salió con sus discípulos al otro lado del torrente de Cedrón, donde había un huerto, en el cual entró con sus discípulos.” Juan 18:1 El Señor Jesús tiene muy claro lo que ha de acontecerle. Es más, ya lo ha anunciado a los suyos desde hace algún tiempo y les ha dicho claramente que será entregado, le matarán y resucitará al tercer día (Mateo 17:22-23, 20:19, Lucas 18:33). Ahora, pronto a ser arrestado Jesús va camino de la cruz dispuesto a beber la copa que el Padre le ha dado (Juan 18:11). Todos le dejarán, pero El seguirá adelante y llevará nuestros pecados en la cruz. En el versículo del día tenemos una figura simple que nos resume su obra. Jesús dijo algo, salió con los suyos, atravesó un riachuelo y entró en el huerto de Getsemaní. Ya nada puede detenerlo pues ha resuelto desde siempre hacer la voluntad del Padre –aun antes de entrar en el mundo– pero los hechos ahora se han precipitado. El sacrificio del Señor es anticipado en numerosos pasajes del antiguo testamento. Ya sea desde el punto de vista teológico con respecto de su significado (Levítico 16, Isaías 53), como en detalles de su crucifixión (Salmo 22). También hay referencias figurativas de su pasión y dolor y de estas últimas, una que es muy interesante la podemos encontrar en...

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El bálsamo de Galaad

“¿No hay bálsamo en Galaad? ¿No hay allí médico? ¿Por qué, pues, no hubo medicina para la hija de mi pueblo?” Jeremías 8: 22 En su libro, Jeremías nos presenta a los judíos como  heridos por crueles calamidades que les sobrepasan, y más allá de las heridas identifica una condición nacional de enfermedad que necesita igualmente sanidad. El problema de Israel es que han dejado a su Dios, el problema de Israel es el pecado. También Isaías tiene palabras similares hacia Israel, bastante fuertes pero no por ello menos ciertas: “¡Oh gente pecadora, pueblo cargado de maldad, generación de malignos, hijos depravados! Dejaron a Jehová, provocaron a ira al Santo de Israel, se volvieron atrás… Toda cabeza está enferma, y todo corazón doliente. Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa sana” (Isaías 1:4-6). Este mensaje es muy actual hoy. El hombre sufre de las heridas externas por la adversidad y de la enfermedad interna del pecado. El pecado, condición inherente al ser humano caído que le hacer buscar su camino sin tomar en cuenta a su creador. Las evidencias en la sociedad y en las vidas personales de los sere humanod muestras, sin embargo, que el camino de la autodeterminación obstinada conduce a la frustración y la desesperanza. ¿Qué esperanza hay en el mundo hoy? Acaso es una perspectiva de paz, prosperidad y...

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Convertidos a Cristo (II)

“Lo que ahora vivo… lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí” Gálatas 2:20 Un joven que había sido criado en una asamblea cristiana, después de treinta años de vida abandonó el lugar, sus amigos, sus “hermanos”. Había participado activamente en las actividades de su congregación. Cantaba, enseñaba y manifestaba un celo dedicado en las cosas de Dios. Sin embargo, después de una crisis familiar y de que ciertas situaciones se resolvieran de una manera en la que él no estuvo de acuerdo decidió marcharse. Un creyente de su iglesia le buscó y conversó con él. El joven le confesó: “me di cuenta de que estaba siguiendo una religión”. ¿Cómo fue posible?, ¿Acaso no tuvo buena instrucción? ¿Acaso no sabía bien el mensaje de salvación y de la conversión a Cristo? Amigo lector, cada persona debe descubrir a Cristo para sí misma. Él “no está lejos de cada uno de nosotros” (Hechos 17:27). Cuando escuchamos la escritura y sinceramente buscamos la verdad en ella, el Espíritu Santo nos muestra una persona única, incomparable, verdadera, actual. Los sistemas religiosos no tienen nada que ver ni nada que siquiera se aproxime a lo que la fe cristiana propone y ofrece. Que el lector no se confunda ni despliegue un manto sobre sus dudas trascendentales para aquietarlas, si las...

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Convertidos a Cristo (I)

“Lo que ahora vivo… lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí” Gálatas 2:20 El hombre busca respuestas más allá de lo que puede ver. Desde antiguo ha buscado razones para su existencia y conocer algo más pues sabe que el mundo material, lo que sus ojos ven, no lo es todo, no puede ser todo. Bien escribió Salomón que Dios “ha puesto eternidad en el corazón de ellos” (Eclesiastés 3:11). Una de las formas que el ser humano tiene para intentar aquietar sus ansiedades y responder a sus preguntas más profundas es la religión. ¿Qué es la religión? Este concepto no pasa desapercibido. Ya sea de manera despectiva o apasionada, casi todo ser humano tiene una consideración acerca de ella. Entendemos que la religión, en primer lugar, tiene que ver con lo sobrenatural. Podemos definirla diciendo que la religión es un sistema compartido de creencias y prácticas asociadas, que se articulan u ordenan en torno a lo que determina el destino de los seres humanos. Aquí por supuesto el hombre puede pensar que su destino está determinado por “fuerzas”, por “seres”, por “dioses”, etc.  y enormes grupos de seres humanos se organizan en torno a estas prácticas y costumbres, con variadas ceremonias particulares a cada una de las religiones. Entonces, cabe la pregunta… ¿Es el...

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