Una fe de verdad

La fe puesta  en Dios mismo y lo que dice está esencial para disfrutar de las bendiciones celestiales. Los héroes de la fe mencionados en Hebreos 11 lograron sus hazañas coniando en Dios. Es bueno considerar el tema.   “Por la fe” Hebreos 11:3, 4, 5 etc.   De los personajes mencionados en Hebreos 11 hemos aprendido que la fe conlleva no recibir en este mundo lo que se espera. Esto no es un trato desleal de parte del que ha prometido, sino todo lo contrario. Su realización está asegurada, pero en la visión cortoplacista tan propia del ser humano, el creyente en Cristo cae muchas veces en decepción o desazón. De alguna manera, se espera ser recompensado o retribuido a corto plazo por haber creído en Cristo. Como si Dios nos debiera algo a cambio de haber creído en él. El que no cree funciona a un nivel mucho más bajo aún, espera que si se “porta bien” Dios le bendecirá, y si se “porta mal”, Dios le castigará. Este cristianismo de causa-efecto no existe en la Escritura. El Dios de amor ofrece al pecador arruinado, perdido en delitos y pecados, camino a la condenación eterna, la salvación. De pronto, hay esperanza, hay la posibilidad –la única—de escapar de la justa condenación, y la persona de Cristo brilla en su esplendor en la cruz, el sustituto perfecto, el...

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