“Pero sin fe es imposible agradar a Dios” Hebreos 11:6

Un día, a los 365 años de vida mientras caminaba con Dios, Enoc cambió su morada. Después de caminar con Dios por tres siglos en la tierra, Dios quiso seguir caminando con él en el cielo. Su desaparición es repentina, extraña, inexplicable. Su tiempo no era un tiempo de milagros, así que debe haber impactado profundamente a sus contemporáneos.

Él creía en el Dios único, él se acercó a Dios, buscó la recompensa de Dios, también fue ejemplo para su generación y predicó la palabra de Dios. Como resultado, Enoc entró en la presencia de Dios, pues Dios le elevó a su presencia, fuera de una tierra corrupta ante sus ojos: “Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal” (Génesis 6:5). En esa generación y cultura, Enoc fue un hombre recto y justo. Sabemos que en medio de esa generación perdida y desviada, Enoc predicó la palabra de Dios. Podríamos decir que el testimonio de Enoc se mostró en la vida de su nieto Noé, pues es el otro personaje que la Biblia nos dice que caminó con Dios: “Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé” (Génesis 6:9).

Podemos decir que en extensión probablemente la influencia de Enoc y el impacto de su predicación fueron limitados, pero en el desenlace de la historia humana la marca de su vida piadosa es enorme. En el Nuevo Testamento, la carta de Judas nos habla de falsos maestros, enseñadores fraudulentos e inmorales que no tienen respeto por la autoridad e irreverentes y nos menciona que es contra ellos que Enoc profetizó (Judas 1:14). Enoc estaba en un mundo lleno de falsa religión, falsos maestros, corriendo hacia la destrucción y rechazando al Dios verdadero, y él les denunció. Enoc anunció juicio en un tiempo cuando proliferaba la enseñanza falsa: “He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares, para hacer juicio contra todos, y dejar convictos a todos los impíos de todas sus obras impías que han hecho impíamente, y de todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado contra él” (Judas 1:14-15). Notemos que la palabra “impío” está cuatro veces, una palabra que nos describe lo inmoral, blasfemo, profano y depravado. No eran indiferentes a Dios sino abiertamente contrarios a Él, tal como el mundo del siglo 21.

¿Qué aprendemos de Enoc? Aprendemos a creer en el Dios vivo y verdadero, a venir en pos de Él pretendiendo su bendición para los que le buscan, a caminar con Él, a tener comunión con Él y en ese vivir a dejar un ejemplo e influenciar a otros para seguirle, partiendo por nuestra familia, a anunciar el mensaje de salvación y juicio. Después de todo esto, al final de nuestra vida ya sea por medio de la muerte o del arrebatamiento, a entrar en la presencia de Dios. que podamos apreciar el testimonio de este hombre santo y seguir su ejemplo de fe y devoción. rc

Lectura Diaria:
Deuteronomio 23:9-24:22[leer]
/Jonás 1-2 [leer]
/Lucas 12:41-59 [leer]