Caminar con Dios (I)
“¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?” Amós 3:3 Caminar con Dios, hemos visto, fue una experiencia de algunos hombres de la antigüedad. Ahí están los casos de Enoc, Noé, Abraham, Moisés, David. La idea central de caminar con Dios se refiere a llevar una vida de devoción y obediencia, a pesar de las circunstancias, y fe a toda prueba. Pero las Escrituras nos muestran con más detalle varias características acerca de lo que significa caminar con Dios, lo que implica. Veremos algunas de ellas: Caminar con Dios no es una aspiración natural del hombre. Naturalmente, el ser humano no quiere caminar con Dios. Por el contrario, la tendencia natural del hombre es alejarse de Dios. Dice la Biblia: “Todos se desviaron, a una se han corrompido. No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno” (Salmos 14:3). “No hay quien busque a Dios” (Romanos 3:11). “Los designios de la carne son enemistad contra Dios” (Romanos 8:7). Caminar con Dios es una demanda y deseo de Dios hacia el hombre. Leemos que Dios dice a Abraham: “Anda delante de mí y sé perfecto” (Génesis 17:1). El profeta escribe: “Oh hombre, Él te ha declarado lo que es bueno, y ¿qué pide Jehová de ti? Solamente hacer justicia, y amar misericordia, y caminar humildemente con tu Dios” (Miqueas 6:8 RVG2010). Tal como en Edén, Dios quiere tener...
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