Buscando a los perdidos (VIII)
“La gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres” Tito 2:11 La historia no ha terminado. Jesús tiene una palabra para los religiosos de su tiempo. El hijo mayor que se quedó en casa, este hijo tan correcto y cumplidor y, sin embargo duro de corazón, representa a los fariseos que intentaban limitar la gracia de Dios. Está perdido también, pero más cerca que el menor. Es el hijo de la buena conducta moral y de los méritos, que día a día recordaba sin palabras a su padre que el era “mejor” que su hermano insolente, malagradecido, disipador y perdido. Tal como al principio del capítulo los religiosos murmuraban porque Jesús recibe a los pecadores y con ellos come, el hijo mayor al enterarse del retorno de su hermano y de la fiesta que hay por su regreso toma una actitud ofendida y de reprensión a su padre por la misericordia desplegada. Los religiosos nunca vinieron a Jesús de una manera espiritual, sino más bien desde un pedestal juzgaban las obras de Cristo. El hijo mayor estaba en el campo y “llegó cerca de la casa” (v. 25) mas no entró en ella. Oye la música y escucha de la gracia del padre pero la desecha. Es la actitud de los escribas y fariseos que están molestos con Jesús por su amor desplegado en la...
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