Mes: Octubre 2013

Un camino seguro, un camino peligroso

El camino del creyente hacia el cielo es un camino de mucha seguridad. La salvación está segura y el cristiano es preservado de distintas clases de mal por el solo hecho de guardar la palabra de Dios. Seguir sus mandamientos hace al creyente fiel evitar las consecuencias de estilos de vida desviados, malas compañías, malos consejos, tentaciones diversas, etc. “El acercarme a Dios es el bien” Salmo 73:28 Sin embargo, en otro sentido el camino al cielo es un camino muy peligroso en cuanto está rodeado de dificultades. Basta un solo paso en falso y caemos. De cuántos pasos inconvenientes es librado el creyente por la gracia de Dios, y cuántas veces pudiéramos exclamar: “Casi se deslizaron mis pies. Por poco resbalaron mis pasos” (Salmo 73:2) En los caminos más planos caemos con facilidad, porque somos en realidad muy débiles. Somos muy proclives a pecar, escogemos el peligro y curiosamente somos muy dados a considerarnos fuertes. La distracción está siempre presente, y si no fuera por la presencia de quien fortalece nuestros brazos, más pronto caeríamos y más lento nos levantaríamos. “Los brazos de sus manos se fortalecieron por las manos del Fuerte de Jacob, por el nombre del Pastor, la Roca de Israel” (Génesis 49:24) Es un camino peligroso también, porque estamos rodeados de enemigos cuyo fin es desestabilizar y hacer caer al creyente. En cada recodo de...

Read More

El Pastor Vasco (II)

Es siempre grato pensar en los cuidados que el Buen Pastor tiene para con sus ovejas. Don Fernando D’ Alfonso -conocido como el pastor vasco pues años antes había emigrado a los Estados Unidos desde España, su país de origen- compartió algunos interesantes detalles. Era como una biblioteca cuando se trataba de ovejas, pues en España había trabajado como pastor profesional por muchos años. Un hermano llamado Santiago Wallace le entrevistó, y esta es parte de su relato. “En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará.” Salmo 23:2. El Salmo 23 era su favorito. Decía que “la repetición de este salmo llena al pastor de reverencia por su vocación”. Comentando ell verso que dice “en lugares de delicados pastos me hará descansar”, don Fernando explicó: “La oveja pace desde más o menos las tres y media de la mañana hasta cerca de las diez. Luego se echa por tres o cuatro horas. El pastor comienza alimentándole con las hierbas más toscas, para después llevarlas después por pastos más tiernos y abundantes. Al final, después del medio día, les lleva a un lugar de sombra donde se halla el pasto más tierno y el mejor pastoreo de la jornada. La oveja se siente muy contenta descansando en tan agradables lugares”. Cuando David el salmista escribió el salmo, conocía bien su profesión, pero su aprecio...

Read More

El Pastor Vasco (I)

Hace muchos años, un pastor vasco que trabajaba en los Estados Unidos, compartió algunos pensamientos con un amigo quien nos trasmitió por escrito algo de sus conversaciones con él. Es muy interesante. “Jehová es mi pastor; nada me faltará” Salmo 23:1 Fernando D’ Alfonso era un hombre ya anciano, pastor de una región al norte de España denominada El País Vasco. Trabajaba para un gran establecimiento ovejero y era considerado como uno de los mejores cuidadores de ovejas porque venía de por lo menos veinte generaciones de pastores españoles. Pero don Fernando era más que un pastor, era un patriarca en su gremio, y conocía las tradiciones y secretos que los otros pastores habían pasado de generación en generación. Estaba trabajando desde hacía un buen tiempo en el estado de Nevada en los Estados Unidos, y recordaba vívidamente las leyendas, los misterios y el fervor religioso de su tierra nativa. Don Santiago Wallace, un conocido suyo, cuenta que se sentó con Fernando una noche bajo un cielo claro y estrellado. Las ovejas estaban recostadas alrededor de una fuente de agua. Escribió don Santiago que “mientras nos preparábamos para dormir y antes de acostarnos, don Fernando comenzó inesperadamente con una disertación en un jerga medio griego, medio vascuence que no entendía. Cuando terminó yo le pregunté que había dicho. En respuesta empezó a recitar en inglés el salmo 23. Luego...

Read More

Las fuentes de arriba

La historia transcurre inmediatamente después de la entrada a Canaán. Sólo Josué y Caleb han sobrevivido a los cuarenta años en el desierto por haber tenido fe en Dios. Acsa, la hija de Caleb es dada como esposa a Otoniel, un hombre valiente de la misma familia. Les son dadas tierras de sequedal en el Neguev, y a instancias de su nuevo esposo Acsa presenta una petición a su padre: “Concédeme un don; puesto que me has dado tierra del Neguev, dame también fuentes de aguas” (Josué 15:17). Era necesario para el buen rendimiento de las tierras el tener agua en abundancia y Caleb le concede a su hija su petición: “El entonces le dio las fuentes de arriba, y las de abajo” (íd). En este pequeño relato Caleb es figura de Dios el Padre que bendice a sus hijos con bendiciones celestiales y terrenales. Hay un orden debidamente establecido, el cual el mismo Jesús se encargó de precisar también: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33). Hacemos bien en pedir primeramente las fuentes de arriba y despuès las den abajo. Ejemplos tenemos en las escrituras de individuos que buscaron las bendiciones del cielo, y Dios les concedió asimismo las de la tierra. Leemos de José: “Mas su arco se mantuvo poderoso, Y los brazos de sus...

Read More

¿A Quién Iremos? (II)

Las palabras de Jesús no dejaron indiferente a nadie. El poder de Dios se manifestaba en esas palabras de verdad y muchos le siguieron al oírlo. ¿A quién iremos? Preguntó Simón pedro, no podemos ir  ningún otro…  “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna” Juan 6:68 Jesús afirmó: “Ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre” (Juan 6:65). Esto disgustó a muchos que “desde entonces volvieron atrás, y ya no andaban con él”. No eran discípulos verdaderos, sino solamente le seguían para verle actuar y quizás escucharle y creían que Jesús les reconocería algo de su esfuerzo. ¿Será esta la razón porque hay personas hoy día que no son salvas de verdad? ¿Será porque no les gusta cuando se predica la Palabra y no desean responder a ella como pecadores necesitados del todo? Está bien que Jesús hable del amor al prójimo y de perdonar a los ofensores, pero cuando habla del infierno tal vez no es tan atractivo. En realidad, al hombre le gustan algunas palabras de Jesús, pero no las que les incomodan y muestran su condición perdida frente a un Dios Santo. Al ver Jesús que varios le estaban ‘abandonando’ por su clara explicación de la verdad y los términos exigentes del discipulado, se dirigió “a los doce: ¿Queréis acaso iros también vosotros?” (Juan 6:68). Después de recibir tanta...

Read More