Mes: Octubre 2013

Un Dios cercano (II)

El Hijo de Dios tuvo que ser afligido para salvar a los suyos (Hebreos 2:10). Ahora les ha santificado y, por lo tanto, puede llamarle ”hermanos” (Hebreos 2:11). El no se avergüenza de eso. Más aun, en el pasaje del antiguo testamento citado en Hebreos les llama “mis hermanos” (Salmo 22:22). La pregunta es: ¿De quién somos llamados hermanos? “Subo a mi Padre y a vuestro Padre” Juan 20:17   La respuesta la tenemos en el mismo Salmo 22. Somos llamados hermanos de uno que dijo: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?, ¿Por qué estás tan lejos de mi salvación, y de las palabras de mi clamor?” “No te alejes de mí, porque la angustia está cerca, porque no hay quien ayude” “Horadaron mis manos y mis pies. Contar puedo todos mis huesos” “Repartieron entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes” La cercanía que es posible disfrutar con el Dios eterno ha sido posible sobre la base de la pasión, angustia y muerte del Hijo de Dios. Dios es cercano porque su hijo fue desamparado. En la cruz del Calvario llevó el pecado del mundo, sufriendo en su cuerpo la ira de Dios, en nuestro lugar. Ahora, por ese sacrificio es que él puede “salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios” (Hebreos 7:25). Su lejanía ha sido nuestra cercanía,...

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Un Dios cercano (I)

En la Biblia se nos presenta un Dios que amó al hombre. Este no tenía mérito ni algo que pudiese llamar la atención de Dios, más bien una criatura arruinada por su desobediencia y pecado. Sin embargo, y felizmente, no hay razón humana para comprender este amor pues el hombre claramente no lo merece. Este amor no tiene su origen en el hombre, siempre calculador, autorreferente, egoísta. En realidad el amor no tiene su origen en esta tierra. “El amor es de Dios” 1 Juan 4:7 Más aun, el hombre es capaz de amar de verdad cuando ha sido beneficiario del amor de Dios. Somos capaces de amar porque él nos amó primero (1 Juan 4:19). El amor, entonces, es conocido del hombre al contemplar y considerar la muerte de Jesucristo a favor de “nosotros”. Pero este no es un amor que fuera digitado a distancia por un Dios bueno pero lejano e impersonal. La carta a los Hebreos nos lo presenta muy claramente, muy cercano. Dice el texto: “Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos” (Hebreos 2:9). Luego en el versículo siguiente habla de que Jesús tuvo que ser afligido para llevar “muchos hijos a...

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