La contemplación de Cristo (3)

La contemplación sincera del Señor Jesucristo sólo puede traer bendición al alma. Quien ve las perfecciones del Hijo de Dios y le reconoce como su Salvador considerando su obra en la cruz,  recibe por la fe la vida eterna (Juan 1:12). “Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe” Hebreos 12:2   La bendición y gracia de Dios se derraman sobre aquel que mira con fe a Jesús. Hemos considerado brevemente a quién contemplamos y qué contemplamos en él. Ahora su persona nos lleva a preguntarnos: ¿cómo debiéramos contemplarlo? Puede haber muchas respuestas, pero de acuerdo con las Escrituras debemos mirar a Cristo… Con gratitud y amor. La escena es sobrecogedora pues el Dios-hombre, nuestro sustituto, el Cristo sufriente, padece en la cruz, “derrama su vida hasta la muerte”, es “contado con los pecadores” y lleva “el pecado de muchos” (Isaías 53:12). Muchos cuadros, dibujos y esculturas pueden hacerse de la cruz, pero ni siquiera se pueden aproximar a retratar lo que aconteció en el Calvario. Ese momento único e irrepetible en la historia, evento trascendental que cambió por siempre el destino del hombre y de la creación ahora redunda en la salvación y vida eterna para todo aquel que cree (Romanos 1:16). Con devoción y recogimiento. El que era santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y más sublime que los cielos (Hebreos...

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