A fin de tener una vida que agrada a Dios, es necesario comenzar cambiando nuestra forma de pensar. He aquí algunas sugerencias de la carta a los Efesios.
“Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente” Efesios 4:17.
Si alguien lleva el uniforme de alguna institución como del Ejército o Policía, se espera un nivel de comportamiento de acuerdo a la dignidad del grupo que representa. Si alguien se casa, se espera que los dos contrayentes vivan a la altura de sus votos activamente reflejando el amor y la preocupación el uno por el otro. Si alguien dice ser seguidor de Jesucristo, habiéndole recibido como Salvador, se espera que la voluntad de su Señor sea de importancia primordial. Desde cuando nos convertimos a Cristo, Dios espera que la vida nuestra sea caracterizada por pensar y actuar como el Señor Jesús, “… los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo” (Romanos 8:29).
Nuestra manera de ser es el producto de nuestro pensar. Pablo dio una lista de formas de pensar cuando escribió a los Filipenses, (vea Filipenses 4:8) y al final dijo: “en esto PENSAD”. Es importante tener cuidado con lo que pasa por nuestra mente. La carne pecadora nos llevará a perder tiempo en llenar la mente con cosas vanas, hasta temas inmorales y perniciosos. En vez de producir honradez, humildad, y un deseo de servir a otros, la carne se encargará de llenar nuestra mente de amargura, orgullo y egoísmo. La solución es seguir lo que la Biblia dice y controlar los pensamientos con lo que el Espíritu Santo ha dejado establecido en las Escrituras. Hay que tener cuidado con las comunicaciones que influencian nuestra mente. La televisión y la radio buscan controlar nuestro pensar. También los comentarios hechos por familiares, compañeros y amigos nos afectan. Hay que estar en alerta para pensar y actuar conforme a lo que agrada a Dios.
La nueva vida recibida a través del Señor Jesús es capaz de transformar nuestra forma de ser. Requiere leer y meditar en lo que a Dios la plazca, es decir, vivir la vida cristiana aplicando los principios bíblicos. Los hábitos nocivos de antes serán reemplazados por nuevos modos de actuar para la gloria de Dios: “En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti” (Salmo 119:11). Pablo nombró ciertas formas de pecar cuando escribió a los Efesios y pronto les recordó, “más vosotros no habéis aprendido así a Cristo, si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús” (Efesios 4:20-21). Cuando dejamos que la Biblia sea la guía para dirigir nuestro pensar, habrá cambios. Pensaremos los pensamientos de Dios y esto cambiará nuestra forma de pensar, hablar y actuar. ¿Cómo se logra esto? “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre,… y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad” Efesios 4:22-24. –daj
Lectura Diaria: | ||
Génesis 38:1-30 [leer]
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/Salmos 15:1-16:11 [leer]
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/Mateo 21:33-22:14 [leer]
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