Todo comenzó en Edén (III)

Satanás tiene una triste especialidad, que es la mentira. Es un experto en mentir, y al hacerlo contradice al que es “la verdad”  (. Por todos los medios el diablo pretende menoscabar a Dios, reducir su gloria, es contrario a Dios, es mentiroso. No sólo eso, es homicida.

“Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” Juan 14:6

El Señor Jesús mismo hace un cargo de alto calibre contra Satanás: “El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira” (Juan 8:44). Notemos la fuerza de la acusación, Satanás es, antes que mentiroso, homicida. Jesús se refiere a que Satanás es el responsable de que el hombre muriera en Edén, Satanás mató al hombre en Edén. Esto es importante y no debe considerarse livianamente. Luego es mentiroso y ha perpetuado la mentira acerca de Dios, acerca de la vida, acerca de la felicidad, acerca de la eternidad, a cerca de la muerte, a lo largo de la historia del hombre.

En su estrategia de engaño, según veíamos ayer, parte planteando duda con relación a la palabra de Dios: “¿Con que Dios os ha dicho…?”. En seguida pasa a desplegar una visión distorsionada de Dios: Presenta a Dios como un ser malo, egoísta, uno que prohíbe cosas al hombre para que no sea feliz completamente, para que no alcance su potencial, para que no sea, finalmente, tan poderoso como Él porque Dios no quiere que le salga competencia al camino… Esa torcida representación de Dios la plantea a Eva presentando el mandamiento de Dios en su versión negativa: Dios dijo “De todo árbol del huerto PODRÁS COMER; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás” (Génesis 2:16-17). La serpiente pregunta a Eva si Dios les ha dicho que NO PUEDEN COMER de todo árbol del huerto: “¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?” (Génesis 3:1). Eva rectifica parcialmente a la serpiente, pero ya el aguijón de la insidia ha sido clavado. Ya la duda ha sido inoculada, y en la mente inocente y pura de Eva la mentira del tentador comienza a asentarse.

Con esto vemos cuán peligroso es aún escuchar la mentira. El apóstol Pablo escribió: “Absteneos de toda especie de mal” (1 Tesalonicenses 5:22). Si hay algo que pareciera tener un sesgo de mal, no algo necesariamente malo ni inmoral, pero algún atisbo de mal, alguna posibilidad, el mandamiento es abstenerse, pasar por encima, evitar. Que el Señor nos ayude a reconocer la mentira del tentador en sus múltiples formas, y que siempre avancemos, más bien, hacia la verdad. –rc

(Continúa)