Con esperanza, sin esperanza (II)
Frente a las dificultades y a a muerte, el apóstol Pablo invita a recordar la firme seguridad del creyente. “Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras” 1 Tesalonicenses 4:18 La esperanza es un distintivo del cristiano. No se trata de una ilusión sin fundamento o de una pretensión extravagante. Es el resultado de la fe en la Palabra de Dios que asegura al creyente que todas las cosas, al final, trabajan en conjunto para su bien (Romanos ). En su primera carta a los Tesalonicenses el apóstol Pablo invita a sus lectores a tener presente que la muerte de un cristiano no debe tener el dramatismo y el desaliento que se asocia con ella en los inconversos. Pablo entrega el fundamento para tal aseveración: “Si creemos que Jesús murió y resucitó, así también –creemos que– traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él” (1 Tesalonicenses 4:14). El fundamento tiene que ver con la muerte y resurrección de Cristo. La resurrección fue un hecho portentoso en el cual el ser humano no tuvo participación. Es el poder de Dios manifestado en toda su grandeza. Pablo señala que la esperanza que el creyente posee se basa en el creer. Creer que si Cristo resucitó, de la misma manera el creyente resucitará. La resurrección de Cristo es la garantía de que la resurrección del creyente...
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