Mes: Febrero 2014

ALEGRÍA EN UN DÍA FUTURO

En un mundo donde predominan las desavenencias, la violencia, y prácticas inhumanas, cualquier anhela un mundo mejor. La Biblia promete que habrá paz en el futuro. Lea la promesa bíblica acerca de aquel día. “Sacaréis con gozo aguas de las fuentes de la salvación” Isaías 12:3   Predicábamos en la plaza de un pueblo un día domingo en la tarde. Había vendedores, niños en bicicletas, familias caminando, en fin, todos los ingredientes que siempre se ven en una plaza. La Municipalidad nos permitió ocupar un espacio para dar a conocer nuestro mensaje del amor de Dios. Llamaban la atención dos grupos de jóvenes que, aparentemente bajo la influencia de alguna sustancia, se preparaban para una gresca. Los niños abandonaron el lugar cerca de la pileta. Otros jóvenes en la esquina ya peleaban cuando llegaron oportunamente los carabineros, unos en motocicletas, otros en radiopatrullas y pronto se terminó la situación explosiva. Después expresamos nuestro pesar por la violencia y la perversidad vista en los jóvenes. Unos hermanos habían dado una vuelta a la plaza con tratados, pero nada de interés hubo en los jóvenes. El cristiano se siente impotente con el rechazo pero se contenta con ser fiel al Señor y continuará predicando el evangelio. Vendrá un día en el futuro cuando acompañaremos a Cristo en su reino, durante el milenio. Los capítulos 11 y 12 de Isaías describen lo...

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Con esperanza, sin esperanza (II)

Frente a las dificultades y a a muerte, el apóstol Pablo invita a recordar la firme seguridad del creyente. “Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras” 1 Tesalonicenses 4:18   La esperanza es un distintivo del cristiano. No se trata de una ilusión sin fundamento o de una pretensión extravagante. Es el resultado de la fe en la Palabra de Dios que asegura al creyente que todas las cosas, al final, trabajan en conjunto para su bien (Romanos ). En su primera carta a los Tesalonicenses el apóstol Pablo invita a sus lectores a tener presente que la muerte de un cristiano no debe tener el dramatismo y el desaliento que se asocia con ella en los inconversos. Pablo entrega el fundamento para tal aseveración: “Si creemos que Jesús murió y resucitó, así también –creemos que– traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él” (1 Tesalonicenses 4:14). El fundamento tiene que ver con la muerte y resurrección de Cristo. La resurrección fue un hecho portentoso en el cual el ser humano no tuvo participación. Es el poder de Dios manifestado en toda su grandeza. Pablo señala que la esperanza que el creyente posee se basa en el creer. Creer que si Cristo resucitó, de la misma manera el creyente resucitará. La resurrección de Cristo es la garantía de que la resurrección del creyente...

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Con esperanza, sin esperanza (I)

Anoche estuve en una reunión especial. había fallecido un creyente -que no conocí- y la familia quiso que fuera velado en el edificio que ocupa nuestra congregación. El era conocido de varios hermanos de la asamblea. Se cantaron himnos y hubo un mensaje de predicación de evangelio. Entre lo que se cantó  se hacía alusión frecuente a la victoria y al gozo. ¿Cómo es posible? “No os entristezcáis como los otros” 1 Tesalonicenses 4:13 Cada día mueren en todo el mundo unas 150.000 personas. Es un número importante. La muerte está presente aun entre los creyentes. En la primera epístola a los tesalonicenses, Pablo está hablando a creyentes que han estado pasando por dificultades. Algunos de sus seres queridos, también cristianos, han muerto y por eso se han entristecido. El apóstol les anima a no entristecerse de la manera en que se entristecen las personas “que no tienen esperanza” (1 Tesalonicenses 4:13) ¿Qué le parece? Hay algunas personas en el mundo que viven sin esperanza. El mismo Pablo escribe a creyentes en otra ciudad y señala que aquellos que viven sin esperanza son los que no tienen a Dios ni al Señor Jesucristo en sus vidas. “Sin Cristo… sin esperanza y sin Dios en el mundo” (Efesios 2:12). Esta es una condición de mucha vulnerabilidad. Es una condición terrible, pues vivir en este mundo hostil sin vislumbrar siquiera un...

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ÁRBOL FRÚCTIFERO

¿Cómo sería catalogada la vida suya? ¿Fructífero y útil? O, ¿inútil y poco productivo? Lea de las dos clases de individuos en el Salmo uno. “Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará” Salmo 1:3 El salmo 1 se divide en dos partes de tres versos en cada sección. Presenta un contraste entre el hombre piadoso y el hombre inicuo. El primero se deleita en la ley de Jehová y el fruto en su vida beneficia a otros. El segundo hombre prefiere la maldad y está descrito como la paja que arrebata el viento. No hay semilla que produzca fruto en la vida del hombre malo. El primer hombre es “bienaventurado” (v.1), pues en la Palabra de Dios halla la fortaleza que necesita para vivir. Su estilo de vida se basa en la verdad bíblica la cual le reporta protección de los elementos nocivos a su alrededor. El malo no vive según esta regla. No solamente pierde felicidad en la vida actual sino también en el porvenir será juzgado. El hombre piadoso es “como árbol plantado junto a corrientes de aguas” (v.3). Mantiene sus raíces cerca de la humedad que viene del agua viva a fin de que haya fruto en su tiempo. No será como la higuera mencionada por...

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Que abras sus ojos

El siervo de Eliseo, profeta de Dios, estaba asustado. Sólo veía enemigos y peligro. La oración de Eliseo a Dios hace que cambie la perspectiva de este hombre atemorizado, y nos es muy actual a nosotros también: “Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos para que vea” 2 Reyes 6:17 Esta es la oración que necesitamos orar, pero a diferencia del caso del ilustre profeta Eliseo, necesitamos hacerla por los demás y también por nosotros mismos. Desde el punto de vista teórico, los creyentes sabemos muchas cosas y conocemos acerca de muchas bendiciones que tenemos en Cristo. Sin embargo, traer a nuestro día a día estas promesas y hacerlas parte de nuestra diaria experiencia es, tristemente, una excepción en muchas de nuestras vidas. Cuántas veces tenemos que ser recordados de que el Señor cuida de los suyos, de que estamos en la mano del Salvador, y asimismo en la mano del Padre (Juan 10:29), de que Él dijo yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo (Mateo 28:20), de que Él ayuda a los suyos (Marcos 16:20), de que nuestros tiempos y circunstancias están en las manos del Señor, tal como el salmista lo dijo “en tu mano están mis tiempos” (Salmo 31:15). El entorno alrededor nuestro, y las circunstancias que nos rodean están pobladas de los caballos y carros de Dios, esperando para...

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