Juan 21: La pesca infructuosa

¿Es malo ocuparse en una actividad recreativa? Realmente no, no hay nada malo. Sin embargo, es posible dejar de hacer algo más importante y ahí está el problema. Lea de un caso de los discípulos del Señor Jesús. “Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis” Juan 13:17 El Señor Jesucristo había resucitado y se mostró a sus discípulos por lo menos en diez oportunidades. En una de ellas se manifestó a sus discípulos junto al mar de Tiberias. Les había dicho que le esperaran en Galilea, donde se  juntaría con ellos (Mateo 28:10). No mencionó ningún día específico pero debían esperarle allí. Juan 21:2 nos da una lista del grupo, que era liderado por Simón Pedro. Estaban Tomás, Natanael, Juan y Jacobo y otros dos que no son nombrados. De repente Pedro anuncia: “voy a pescar”. Parece una buena idea, pero ¿no debían esperar que viniera Jesús? Dicen los compañeros: “vamos nosotros también contigo”. Aquí los discípulos nos ilustran cuán fácil es ser influenciado por otra persona, aun cuando las circunstancias indican que sería mejor no acoger la sugerencia. “Voy”, dice Pedro. “Vamos”, dijeron los demás. Por lo menos tres de los nombrados eran pescadores experimentados. Natanael era de Caná y seguramente sabría poco acerca de la pesca. Dice el pasaje: “Aquella noche no pescaron nada.” En verdad Pedro no había convidado a los otros. Sólo por...

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