La roca era Cristo (I)

El pueblo de Israel representa muy bien a todas las personas en todas partes del mundo. Desde la antigüedad, en el antiguo testamento, podemos reconocer en ellos rasgos de incredulidad hacia Dios, desconfianza, e infidelidad, que nosotros también presentamos. “Y la roca era Cristo” 1 Corintios 10:4 Una vez que Moisés anuncia de parte de Dios que Él se ha acordado de ellos (Éxodo 6:5) y comienza el despliegue sobrenatural de señales y prodigios, ellos tienden siempre a buscar los aspectos negativos o insatisfactorios de lo que Dios provee (Números 11:5). En el pasaje de 1 Corintios 10, Pablo recuerda que los israelitas recibieron bendiciones de Dios de manera abundante y poderosa: “Porque no quiero, hermanos, que ignoréis que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron el mar” (v. 4). Cuando tuvieron hambre fueron alimentados con “pan del cielo” (Juan 6:31), cuando tuvieron sed recibieron agua de la roca (Éxodo 17:6). Pero aquí, Pablo nos introduce a otra esfera, a una que ellos ignoraron y, en consecuencia, despreciaron. Pablo nos dice: “y todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar” (v. 2); la nube puede referirse sin duda a la columna de nube que les guiaba de día, señal visible de la presencia de Dios en medio de ellos así como la columna de fuego que aparecía por la noche: “Y Jehová...

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