Mes: Mayo 2014

La gloria de Dios, del Hijo hacia el Padre y del Padre hacia el Hijo

En la cúspide de la glorificación de Jesús al Padre, Él va al Calvario y honra a su Padre en satisfacción plena y perfecta. Como consecuencia de esto Él mismo es glorificado por el Padre. Veamos más acerca de esto. “Gloria de los hombres no recibo” (Juan 5:41) Jesús glorificó a su Padre en su vida terrenal, pero al ser Dios, Jesús también fue glorificado. No obstante, aquí hay un punto interesante. La Biblia nos enseña que los seres humanos no podemos glorificar al Hijo, el único que puede hacerlo es el Padre (Juan 5:41). La cruz es, en la perspectiva del evangelista Juan que nos presenta a Jesús como Hijo de Dios, el lugar de la máxima glorificación del Padre por parte del Hijo, es el completar la obra. Esto redundará en la glorificación del Hijo: “Jesús no había sido aún glorificado” (Juan 7:39). El Padre glorificó al Hijo por su obediencia. Cuando se habla de que Jesús es glorificado se refiere a la respuesta del Padre a la perfección de la obra de su hijo en agradarle (Juan 8:29). Es la respuesta del Padre a la satisfacción que el Hijo le ha entregado y primariamente se refiere a su resurrección y posterior exaltación (Filipenses 2:9). De lo anterior entendemos que, finalmente, la cruz es el camino para la glorificación del Padre y del Hijo (ver Génesis 45:13)....

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Jesús glorificó al Padre en sus pensamientos, intereses personales y sentimientos

Prosigamos viendo las múltiples dimensiones en que la vida de Jesucristo nos muestra que Él glorificaba a Dios. En sus pensamientos. Jesús estaba por encima del nivel de reflexiones del hombre común. Aun sus discípulos pensaban claramente en un nivel inferior. No siempre los pensamientos de ellos eran pecaminosos y malignos, sino sólo juicios naturales, cuando intentaban hacerle sugerencias, cuando intentaban ejercer persuasión sobre Él, y cuando los hombres querían proyectar sus opiniones sobre Él. Pero Él conocía la verdad: “mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos” (Isaías 55:8). Existían dos mundos. Él vivía en uno y el resto de los hombres en el otro. Por eso, debido a su cuidado por la gloria del Padre, a menudo necesitaba colocar a un lado los juicios naturales, buscando el juicio del Padre en determinado asunto, y se apartaba a lugares desiertos y oraba (Lucas 5:16, 6:12). En sus intereses personales. Jesús rechazaba en todo momento sus intereses personales, legítimos por cierto. No podía hacer sido de otra manera, si bien habría sido en gran medida importante para sus intereses personales el haber aceptado la oferta del diablo en cuanto a los reinos de este mundo y la gloria de los mismos. Sin embargo, Él  repudió todo aquello. Con relación a la cruz, podría haber sido ventajoso para Él en lo natural si hubiera escuchado a Simón...

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Jesús glorificó al Padre en su vida, conducta, obras y palabras

Veamos brevemente acerca de la glorificación de Jesús hacia su Padre en su vida terrenal. “Dios estaba con él” Hechos 10:38 En primer lugar, tenemos que Jesús glorificó al Padre en su vida interior. En su andar secreto con el Padre, en su vida personal, el Hijo está en sintonía perfecta con el Padre: “No puede el Hijo hacer nada por sí mismo [o, fuera de sí mismo], sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente” (Juan 5:19). “El que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada” (Juan 8:29). En su conducta. Jesús tuvo un andar y un comportamiento irreprochable, digno de su Padre, como debía ser puesto que Él es el verbo, el que expresa lo que Dios es: “¿Quién de vosotros me redarguye de pecado?” (Juan 8:46). “[Jesús] anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él” (Hechos 10:38). Por lo mismo en cuanto a que nosotros glorifiquemos al Padre, Jesús nos demanda: “El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo” (1 Juan 2:6). En sus obras. Así como su vida interior era digna del padre, sus obras también lo fueron: “No puede el Hijo hacer nada por sí mismo sino...

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La Paz de Dios

“Porque los montes se moverán, y los collados temblarán, pero no se apartará de ti mi misericordia, ni el pacto de mi paz se quebrantará, dijo Jehová, el que tiene misericordia de ti.” Isaías 54:10 Hay días cuando el mundo parece girar al revés. Damos dos pasos adelante y retrocedemos tres. El corazón clama buscando una palabra de consuelo, una palabra de aliento. ¿Cómo vamos a seguir adelante? Es precisamente en medio de estas circunstancias cuando la Palabra de Dios suminstra el “silbo suave” que tranquiliza. El texto de hoy usa la naturaleza física y visible como un punto de contraste. La existencia de los montes y los collados sugieren inamovilidad. Pero un día va a haber trastornos en la naturaleza, y entonces, ¿Qué de nosotros? “No se apartará de ti mi misericordia,” dice Jehová. Ahí está la promesa que llena el alma de la paz de Dios. -DAJ Lectura Diaria: Números 11:4-35 [leer] /Proverbios 9 [leer] /1 Pedro 1 [leer]   NOTA: Esta breve meditación fue publicada un día como hoy hace 10 años por nuestro querido hermano David A. Jones y corresponde a la primera meditación publicada en el sitio Palabras de Vida. Desde 2004 hasta 2013 don David escribió y publicó mas de 2000 meditaciones....

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