“A mí, … me fue dada esta gracia de anunciar entre los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo” Efesios 3:8

Pablo el apóstol escribió a los cristianos en Éfeso acerca del gran privilegio que tuvo de ser escogido para revelar el misterio “que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu” (Efesios 3:5). El misterio o secreto revelado fue que por medio del Señor Jesucristo, pueblos de diferentes partes del mundo, de lenguas diversas, pueblos multiraciales y multicolores serían unidos en un solo cuerpo. Tanto judíos como gentiles compartirían en común la vida eterna recibida como regalo por medio del Señor Jesús. Dijo que “los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio.” v.6. Toda persona que haya creído en Cristo como en su Salvador es bautizada por el Espíritu Santo para formar parte de este cuerpo, que también es conocido como la iglesia de Cristo.

Hay iglesias en diferentes localidades, y los miembros que llegasen a formar parte de ellas ya eran miembros de la iglesia en su aspecto global. La iglesia en su aspecto global es el conjunto de creyentes en Cristo salvados por gracia. Son personas que han creído en el Salvador contando desde el día de Pentecostés hasta el presente. La mayor parte de este conjunto ya está en el cielo, ausentes de cuerpo físico, pero presentes al Señor. Llamése la iglesia en sentido global o el cuerpo de Cristo, es la misma entidad. Pablo fue dado “la gracia de anunciar” esta gran verdad. Lo hizo a través del evangelio descrito como la predicación de “las inescrutables riquezas de Cristo” (v.8).

Como una mina llena de riquezas, o como un océano imposible de profundizar, o como el espacio que no admite medida exacta, así son el cúmulo de las “riquezas de Cristo.” Hay riquezas que se sacan de la mina. Hay honduras en el océano que han sido exploradas. Han usado el vasto espacio para sus investigaciones. Pero en ningún caso alguien ha llegado a agotar todas las posibilidades que ofrecen estas dimensiones. Los hombres continúan con su búsqueda de riquezas en las minas sin poder agotar la fuente. Así ocurre cuando los creyentes en Cristo estudian y meditan sobre el Señor Jesús. Llegan a apreciar algunas verdades acerca de él y se sienten anonadados en un vasto universo espiritual. Nunca llegaremos al final de él. Dijo Job acerca de Dios, “El cual hace cosas grandes e inescrutables, Y maravillas sin número” (Job 5:9). Animémonos en este día con la esperanza y privilegio de apreciar las inescrutables riquezas de Cristo. daj/rc

 

Lectura Diaria:
Josué 3 [leer]
/Oseas 11:12-14:9 [leer]
/Lucas 20:20-21:4 [leer]